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jueves, 3 de octubre de 2013

El otro lado de los realities

Por Marcela Barreto y LuzKarime Domínguez

El melodrama está de moda; actualmente, Colombia vive una época de realities,  donde el escandalo se convierte en una obsesión de satisfacción moral; se acabaron las épocas de aquellas novelas de injusticia, violencias o corrupción,  que mostraban una realidad y ficción de ocurrencias a personajes ficticios; en oposición, han sido remplazadas por programas de telerealidad en el que se muestra lo que ocurre a personas reales con el objetivo de fortalecer la interactividad entre la televisión y el espectador.

No se puede hablar ni estigmatizar a algo que hoy en día, se convierte en el interés de una sociedad voyerista, amante a ver el sufrimiento, lagrimas y seducción de unos personajes reales y vivencias reales, además de ser bueno para relajar y emocionar al televidente,  haciéndolo sentir como parte del programa, el juez que toma la última palabra y decide el rumbo de la trama real.


La dignidad y moralidad brilla por su ausencia, y convierten a estos programas en el sueño laboral barato de la sociedad, deseados 5 minutos de reconocimiento antes los medios masivos, a costa de  su propia integridad, regalan su tiempo en busca de una fama efímera, lo que también ha generado bajos costos de pagos a actores y actrices profesionales,  de una forma más fácil y mediática por su aceptación al querer conocer el escándalo, morbo o sexualidad de otras personas.

Programas como estos son los que nos hacen caer en cuenta que “todo tiempo pasado, fue mejor”. Vivimos en una actualidad que busca el progreso y la superación para poder dejar algo bueno a las próximas generaciones, pero, al mismo tiempo, esos que buscan el cambio, son los que cada noche, por regla, tratan de llegar puntuales a sus casas y desocuparse durante la hora que dura el reality que los divierte por una hora, pero los embrutece de por vida.

Y qué decir de los que se atreven a participar en estos concursos, personas que optan por ganar fama y dinero a cambio de perder dignidad y, en ocasiones, les va tan bien haciendo este tipo de cosas que, aquellos que se preparan arduamente para lograr el estrellato, se van dando cuenta que nadie sabe para quién trabaja, que hoy en día hay que ridiculizarse primero para después obtener el papel protagónico en una novela que sí, puede que, en su momento, logre las expectativas, pero, ¿luego qué? …


Precisamente, esos que salen de los realities, salen en una o dos novelas para, luego, no salir mas. ¿Acaso es necesario que vayan nuevamente a un programa de concurso para trabajar en otra novela? Ya estamos en época de reconciliación con la patria y no es justo que mientras unos si se esfuerzan para conseguir lo que quieren, vengan otros a buscar lo que no les pertenece para usarlo y no aprovecharlo como debe ser. Con protagonistas así, es mejor que abandonemos Nuestra Tele.

6 comentarios:

  1. Esto es lo que a diario se está viviendo en la sociedad y depende de la óptica como se mire, lo que para unos es malo para otros es bueno, todo va relalcionado con la moral y educación que se imparte desde los hogares, necesitamos de mucha tolerancia para abordar ciertos temas sin herir a personas que piensan distinto. Ya la sociedad cambió y desafortunadamente los tiempos bellos de nuestros abuelos desaparecieron.

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  2. Sin preparación no se llega a dar mas de tres simples pasos. La preparación es la base de nuestros pasos y camino que día a día cultivamos para ver madurar nuestros frutos. Ridiculizarse esta de moda ante los medios, pero mas allá de tener un rato de fama, nos obliga a perder nuestra esencia.

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  3. Fama y dinero cueste lo que cueste, triste realidad que se vive no solo en tv.

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  4. Estamos en la sociedad del espectáculo, un link para complementar:
    http://www.observacionesfilosoficas.net/download/sociedadDebord.pdf

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  5. Janett Esguerra P.4 de octubre de 2013, 12:01

    Des afortunadamente esta es la realidad de hoy en día, los jóvenes quieren fama y dinero a costa de lo que sea, participado en estos programa que no dejan nada realmente positivo, la fama es efímera, es muy triste que termina ridiculizándose, cuando hay otras formas de salir adelante conseguir fama y dinero, preparándose y con esfuerzo se puede llegar hasta donde uno quiera.

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  6. Indignante realidad.

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