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viernes, 4 de octubre de 2013

¿PRESIDENTE O SERPIENTE?

Por Eileen Guerra y Paula Pava

Durante tres años de gobierno, el ilustradísimo presidente Juan Manuel Santos  ha querido achacarle la responsabilidad a los ex mandatarios de lo que hoy vive Colombia, pero, ¿qué está haciendo para cambiar esta situación? Nada, empeorando el país, llenándolo de, crisis y problemas, pasando por lo económico hasta llevarlo al sector agrario. ¿Como es posible que, prácticamente, están apartando lo que se produce en Colombia?

Es que el poder, a simple vista, solo le interesa el ingreso de producciones extranjeras para darse a conocer que, el país está “mejorando” en cuando a las relaciones internacionales; sin embargo, no se dan cuenta la atrocidad que le estan causando a los campesinos, que diariamente siembran para sostenerse en medio de dificultades que este territorio les provee.


Este Gobierno repugnante no tiene derecho de enviar personal para  ir a los lugares donde habitan estos campesinos, y pelear sin dolor contra ellos, ocasionándoles daños a  familias completas, destruyendo las pertenencias, y dándole muerte a aquellos que en su momento defendieron lo suyo. El poder en estos momentos es como una víbora incesante que quiere acabar con estas personas para tener el camino libre, y hacer lo que hace tiempo tenían en mente.

Ese círculo de serpientes malolientes que no tienen alma, conjunto de desagradecidos que, hoy por hoy ,  lastiman a los campesinos después de haberles llenado el bolsillo, y que ahora quieren alejarlos de los que un día trabajaron para llenarles las cuentas bancarias a las diferentes arpías que hoy envían a tropas llenas de furia, sangre fría y ganas incesantes de acabar con cada uno de los que se metan en el camino.

Durante este paro han sido muchas las “caras de la moneda” que se han visto en el gobierno; principalmente, si analizamos a una moneda como es Juan Manuel Santos,  que cuando ya iban siete días de obstrucción,  muertos y heridos, él afirmaba que lo que ocurría era solo cuestión de unos pocos que querían atemorizar al pueblo, y que el paro agrario no existía.

Contradiciéndose a esto, el 29 de agosto se pronunció, afirmando que de “esta tormenta saldríamos”, pero si no existe una problemática, ¿qué es lo que quiere solucionar? Es claro que nuestro primer mandatario se ha dedicado a gobernar a un país ajeno a este, a tal punto que no es consciente o no asume ante el pueblo, la gran crisis por la que estamos atravesando, y que no se da cuenta que el pueblo está cansado de vivir de la pobreza y migajas que el gobierno les da.


Vivimos en un país, donde los agricultores y campesinos “van en crecimiento”, pero de deudas y pobreza, porque al permitir tanto el paso de productos extranjeros, que son un 50% más económicos que el propio, ¿como se puede hablar de prosperidad?. Como dice un periódico extranjero, el mandatario colombiano solo improvisa y comete imprudencias que perjudican al país, no a esos que se llena el bolsillo con dinero ajeno, sino a aquellos que los acusan de cometer un delito por cultivar sus propias semillas, y que solo buscan una manera para vivir. 

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