Por Kevian Gómez
Los
vendedores ambulantes de todo el país esperan con ansias los domingos de
elecciones para hacerse “la venta”, pues saben que la afluencia de personal en
los alrededores de los puestos de votación es abundante y no les importa
aguantar un sol feroz, la congestión y empujones por parte del personal
asistente, con tal de venderse la bolsita de agua más cara del mercado.
Si
hablamos de precios, un vendedor puede estar adquiriendo una bolsa de agua en
200 pesos y normalmente las venden en 400 pero en esta época electoral, el
precio sube de manera exorbitante a 1000 pesos con la excusa de que ese día
todo es más caro por la multitud de gente presente. ¿Es esto legal o es válido si de rebusque
estamos hablando?